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—¿Tienes tiempo? Vamos a tomarnos un café —le dijiste a Ella, como si una musa te hubiera inspirado, así lo habría de ver ella.
En el café charlaron de Descartes, Fromm, Freud, Platón y quién sabe cuántos más. Interesante; apasionante como siempre. También platicaron de música. Siguió por horas la conversación. No pensabas que lo harías; no era tu intención: Le soltaste, todo y confesión de amor, así de golpe. Terminaste y descansaste. No te correspondió Orteguita, pero tampoco te despreció.
—¿Qué te parece si nos juntamos un día para escuchar música? —Ahora la inspirada por una musa era Ella.
[…]
El relato completo Ironías de la vida que aparece en la compilación Un gran salto para Gorsky ha sido publicado en La revista Ombligo. Para leerlo se puede pinchar en el siguiente enlace: Ironías de la vida – Revista Ombligo
R.III
Parece que ahora sí ha llegado la primavera.
24/05/13 at 21:15
🙂
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