¿Quién se lleva el choque cultural?

Me estoy haciendo cargo de un grupo de alumnos mexicanos que vienen a estudiar un programa de relaciones internacionales y competencias globales a la universidad donde trabajo. Qué mejor que sea un compatriota quien los guíe en esta experiencia intercultural, supongo que suponen mis jefes. Total, diez años viviendo en Madrid me dan para poder contarles aquellas costumbres que les van a encantar, otras que les sorprenderán, algunas que les inquietarán y, claro, las que terminarán odiando. Ayer en la sesión de orientación les hablé sobre los horarios de las comidas, los bancos, las farmacias… los sitios que no pueden dejar de visitar, la noche en esta ciudad cosmopolita y otros temas útiles para su estancia. Todo con la mayor fluidez y entretenimiento, pero llegué a un punto que en otras ocasiones me pasa desapercibido: la seguridad. Madrid es una ciudad tan segura o peligrosa como puede ser una localidad que rebase con creces el millón de habitantes. Pero a unos chicos que viven en Monterrey, ¿qué se les puede contar?

 

Para empezar, que aquí no van a ser presas de un tiroteo en la calle no importando que sea de día o de noche. Tampoco van a encontrarse la cabeza de una mujer en la esquina de la calle donde llevan a sus hermanitos al colegio. Si pasan por debajo de un puente peatonal, no es nada probable que observen un tipo colgando desde lo alto, a quien después de morir ahorcado, le hayan también increpado con múltiples impactos de plomo provenientes de unas escuadras calibre 40 mm. Entre las perennes excavaciones que Gallardón monta en cada resquicio de la ciudad, no van a encontrar una fosa con cadáveres indocumentados. No les hará falta dejar de salir de noche a los bares  para reunirse en  la casa de algún amigo y así salvaguardar su integridad y pertenencias; y en el caso de hacerlo, no van a irrumpir en el festejo un grupo de malencarados bandidos para robarles. También sería sumamente extraño que alguno de estos estudiantes fuera víctima de un secuestro exprés, de larga duración o de aquellos en los que se vuelve sin un riñón. No van a ver en un semáforo cómo se acercan un par de sujetos y a punta de pistola les quitan impunemente el coche a las personas de adelante. Nadie va a venir a reclamarles el “cobro mensual” que deben seguir pagando para permanecer “seguros”. Y la policía no les va a extorsionar, engañar, robar o ignorar cuando le pidan ayuda.

 

No, esto no les va a pasar en Madrid. ¿Con que cara les digo yo que no descuiden sus bolsos o carteras cuando estén en la plaza del Sol, porque hay algunos raterillos que se pueden aprovechar de ese descuido? ¡Para qué se los menciono siquiera! Para sacarles una sonrisa, nomás. Para que vengan ellos y me dejen boquiabierto con sus historias que son definitivamente más sorprendentes que las que vivimos por aquí. Algunos dirían que aterradoras.

 

Me hace gracia; hace poco estuvo de visita por Europa un familiar mío, que vive en Torreón (otra ciudad que se las trae). Cuando llegó me contó que le gustaría conocer París, pero que le daba miedo ir sola. Sobre todo temía no hacerse entender con su spanglish y carencia absoluta de francés. Si se piensa fríamente, esta aprensión la debería tener todos los días sólo por salir de casa. Aquí o en París quizá se pierda, tal vez no consiga llevarse al estómago algo medianamente apetitoso y termine comiendo una hamburguesa del macdonals, incluso puede ser que le cobre más dinero el facineroso taxista por llevarla por una ruta larguísima… pero pasar miedo… No hay que ser injustos, es cierto que aquí también hay otros peligros, pero ¿pueden compararse? ¿Tal vez estoy siendo presa de un choque cultural?

R.III

Acerca de Ramón Ortega (tres)

Ramón Ortega III https://unviajepersonal.wordpress.com/acerca-de-mi/ Ver todas las entradas de Ramón Ortega (tres)

10 respuesta a «¿Quién se lleva el choque cultural?»

  • Paz

    Es que somos tan iguales pero tan diferentes…, ¿verdad?
    Es muy interesante el tema de los choques culturales (y los malentendidos derivados).
    Un abrazo, Ramonchu
    Paz

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  • Ramón Ortega H.

    Yo creo que va ser tu segundo o tercer choque cultural, el más profundo e impactante creo yo, lo pasaste en Villaviciosa y cuando viviste en el centro de Madrid….. Éstos últimos son pan comido, vale!

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  • Nacho

    Me encanta lo que has escrito, y en definitiva comprendo y comparto tus palabras, sin embargo a modo de réplica sólo he de decir:

    11/04…

    Miedo??? Sí!

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  • El Condor

    Choques culturales, ¡ahora disponibles para importación! =)

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  • Manuel Emilio Castillo Silva.

    No, manito: estás siendo presa de distorción mediática. Uno, eso que mencionas de México por antítesis SIEMPRE ha existido en México, desde hace unos dos mil quinientos años, pero documentado y sobre todo desde hace ochenta: simplemente, antes de las presidencias de la oposición, no se le hacía tanta publicidad en periódicos, tele y demás -y nótese, he dicho presidencias de la oposición, pues, también a niveles municipales sucede y se exhibe, si no es el PRI el que las ocupa (nominarlas como oposición es ya bastante claro de la situación política que vivmos); dos, Madrid podrá ser todo lo segura que gustes, pero, ¿hasta qué punto no se dan también cosas semejantes, y se callan? ¿No hay violaciones, asesinatos, secuestros y robos agravados por allá, de verdad? No me lo creo.

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  • Paula

    Querido Raimon,
    He leído con atención tu artículo y me ha gustado mucho. La sorpresa que te causan las barbaridades que están ocurriendo ahora en México no creo que se deba a un simple choque cultural, en mi opinión, se debe a que afortunadamente no vivimos como normal la anormalidad, me explico: me da mucha lástima, pena y rabia oír a mexicanos contándote, ya casi como una anécdota, las atrocidades con las que conviven todos los días. El estado de horror al que han llegado es tal que ya ven como “normal” su atroz día a día. El que te asalten, seas víctima de un secuestro express o estés comiendo mientras oyes una balacera, es algo que se les hacen habitual y, ese es el problema. No es sano ver la violencia, la crueldad, la extorsión y el terror como algo cotidiano.

    De nuevo te vuelvo a expresar la tristeza que siento cada vez que hablo de este tema. La solución?? Ojala la supiera, lo único que sé es que la gente de México, buena en su mayoría, no se merece vivir así. Todo eso pasa factura a nivel psicológico y social.

    Solo tengo una pregunta más y ya acabo; ¿por qué no se indignan más los mexicanos? ¿no debería protestar la mayoría y decir: “hasta aquí hemos llegado”?

    Bss

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  • Paula

    Raimon,

    He leído con atención tu artículo y me ha gustado mucho. La sorpresa que te causan las barbaridades que están ocurriendo ahora en México no creo que se deba a un simple choque cultural, en mi opinión, se debe a que afortunadamente no vivimos como normal la anormalidad, me explico: me da mucha lástima, pena y rabia oír a mexicanos contándote, ya casi como una anécdota, las atrocidades con las que conviven todos los días. El estado de horror al que han llegado es tal que ya ven como “normal” su atroz día a día. El que te asalten, seas víctima de un secuestro express o estés comiendo mientras oyes una balacera, es algo que se les hacen habitual y, ese es el problema. No es sano ver la violencia, la crueldad, la extorsión y el terror como algo cotidiano.

    De nuevo te vuelvo a expresar la tristeza que siento cada vez que hablo de este tema. La solución?? Ojala la supiera, lo único que sé es que la gente de México, buena en su mayoría, no se merece vivir así. Todo eso pasa factura a nivel psicológico y social.

    Solo tengo una pregunta más y ya acabo; ¿por qué no se indignan más los mexicanos? ¿no debería protestar la mayoría y decir: “hasta aquí hemos llegado”?

    Bss

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  • Oscar

    No hay duda, lo que dices es cierto, no veo cómo alguien de Torreón o de Monterrey podría sentirse inseguro en una ciudad como Madrid, el único miedo que existe en Madrid es a no encontrar empleo o a perder el que se tiene y tus chicos no entran en ese segmento

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  • arenamaia

    No dejan de ser difíciles de asimilar estas situaciones, sin embargo hay quienes afirman que vale la pena este precio, contra lo que se persigue.
    Yo creo que no protestamos lo suficiente quienes tenemos la fortuna de no haberlo sufrido en carne propia y lamentablemente comenzamos a hacernos inmunes e insensibles al común de la noticia diaria.
    Cada lugar tiene su grande o pequeña problemática, no deja de ser cuestión de perspectiva, y claro que sorprende un 11/03, pero es tan aterrador como aquello, vivir como viven en muchas ciudades de México todos los días. Vivir con miedo no es un estado natural.

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